Desde el inicio de las culturas y sociedades existe una jerarquía que dicta el orden del grupo. Una persona que se le asigna, hereda o gana una posición de superioridad sobre el pueblo y que es quien en teoría los representa, conforme la humanidad evolucionó se llegó a la época de lo reyes. Sin embargo, antes de los reyes existieron los chamanes, esos guías espirituales que, a través de visiones, sueños y otras cosas “místicas”, indicaban a su grupo qué hacer, a dónde ir y los mensajes que los dioses enviaban para ellos.

Con el tiempo los reyes y los guías espirituales se juntaron y descubrieron que uniendo fuerzas se lograban mayores beneficios. Esto se observa mejor en la época medieval, donde reyes e iglesia se juntan y deciden el futuro de sus reinos. Curiosamente los reyes en aquella época se consideraban que fueron asignados por una deidad y por ello su linaje se mantenía siempre en el trono.

Cientos de años adelante en el tiempo, este dúo dinámico se ha transformado y el mismo formato se ha movido a diferentes áreas siendo una de ellas las empresas.

Sin importar el tamaño de la organización, giro, valor ni tipo de personal, todas las empresas tienen un rey y un chamán. Esto va desde la cabeza de la organización hasta los departamentos y ambos tienen un efecto en el resto del grupo, pero ¿cómo es que funcionan?

El Rey:

Los reyes en las organizaciones son aquellos con un poder jerárquico explicito, quienes tiene un grupo a cargo y tienen la responsabilidad de con su grupo lograr objetivos dentro de la organización. A estos reyes los siguen las personas que dependen de ellos y en muchas ocasiones se les obedece sin cuestionar. Los reyes tienen su poder en la experiencia, logros y aptitudes que los llevaron a estar al frente de un grupo y esto implica ser desde el dueño de la empresa, hasta el supervisor de almacén. Su rol es muy importante ya que sobre ellos se deposita el funcionamiento optimo de la empres para lograr los objetivos planteados.

El Chamán:

Los chamanes pueden o no también tener un poder jerárquico, sin embargo, la diferencia particular del chaman en las empresas es que son a quienes el grupo busca por el simple hecho de la energía, seguridad y confianza que transmiten. Por lo general los chamanes son quienes dan un consejo, un acompañamiento y apoyo para el resto del grupo. La gente los busca para resolver un problema o para revisar con ellos algo que, en muchas ocasiones, se debe presentar después ante el rey. Los chamanes los vemos siempre rodeados de gente y por lo general tienden a tener el respaldo del grupo cuando proponen algo.

En ocasiones lo reyes y chamanes se enfrentan, lo que genera una especie de batalla por la aprobación del grupo, esto lo vemos en decisiones que se tienen que tomar en pro de la compañía o del área. Cuando una de estas situaciones sucede podemos observar las aptitudes de cada uno de ellos en su mayor expresión, ya que por personalidad y carácter cada uno buscará la manera de convencer al otro. Ninguno de los dos está mal y ninguno es mejor que el otro, son simplemente posiciones y visiones diferentes que se ponen a prueba para una mejora.

Por lo general los reyes tienen un visión más objetiva, blanco o negro, arriba o abajo. Todo tiene un protocolo y una línea a seguir. Buscan la seguridad en la ejecución más que el descubrimiento a nuevos métodos. Lo cuál le ha permitido a la empresa o área mantenerse y continuar creciendo.

Los chamanes por otro lado tienden a irse por la idea del instinto, innovar, salirse de la caja y experimentar métodos diferentes para lograr mejores resultados, integran al grupo e invitan a proponer más que a dictar qué debe hacerse.

Ambas partes son vitales para la organización, en cada grupo social o laboral existe un rey y un chamán, ambos mantienen el orden y la sinergia del grupo y en ellos está la base del ambiente laboral, ya que hablar de las totalidades de uno o de otro crearía un caos y un ambiente laboral áspero, donde existen exceso de rotaciones de personal, errores constantes y un trabajo en equipo sin orden.

Los reyes y chamanes siempre existirán, siempre estarán ahí y son parte de nuestro día a día.

¿Tú en qué lado estás?